En la actualidad existe una enorme diferencia entre nuestra forma de vida y la de nuestros antecesores. Estas diferencias son palpables hasta niveles absurdos en lo que refiere al cuidado de las mascotas. Hasta hace no muchos años los perros tenían que cumplir un trabajo que produjera al menos, beneficio para justificar el gasto que implicaba su cuidado, aplicándolo directamente a labores de producción alimentaria como la ganadería y la caza. Esto provocó la selección artificial de razas que pudieran ser más productivas en unas condiciones definidas. Consecuentemente estos perros aumentaron la producción, popularizándose entre los pequeños productores. Con el tiempo algunos perros se criaron con el único objetivo de hacer compañía y definir un estatus social relacionado con la clase alta Cuyos perros no necesitaban colaborar en la obtención de comida.
Con industrialización, la población rural se desplaza del campo a las ciudades llevando algunos de sus perros de campo con ellos. Esto genera el clima mercantil idóneo donde la creciente clase media desea diferenciar su nuevo estatus adquiriendo perros mascota, que no disponen de una fuente natural de alimentos en su nuevo ecosistema urbano. Durante el siglo 20 la norma general en la nueva economía industrial era alimentar a los perros con una mezcla de sobras de la comida de la familia y raciones preparadas especialmente para ellos lo que popularizo las razas pequeñas entre las clases bajas ya que eran más fáciles de mantener.
En 1860, James Spratt viajó Inglaterra para ampliar su negocio de venta de pararrayos. En Londres observó unos marineros británicos lanzando unas galletas llamadas “hard tack” a los perros callejeros del muelle. Las Hard Tack eran galletas de harina, agua y sal, básicas para viajes largos en el mar. Como si le cayera un rayo, a Spratt se le ocurrió crear su marca de galletas para perros y buscó la ayuda de una firma para hornear y crear las primeras galletas para perros, “Spratt’s”.
Entre las clases altas se comenzó a popularizar la comida enlatada y deshidratada para mascotas ya que era fácil de disponer durante los viajes. Estas solían ser de carne de caballo ya que con el inicio de la era industrial quedo obsoleto y su precio bajó considerablemente. Durante el periodo entre guerras mundiales la escasez de metales obligó a los fabricantes a buscar otras opciones para satisfacer a sus clientes permitiendo la popularización de los primeros alimentos deshidratados en bolsa a gran escala.
En los cincuenta, una empresa de alimentos para mascotas descubrió un método para usar el caldo de carne, la grasa, y los residuos de los granos y otros ingredientes sintéticos e inyectarlos por medio de otro proceso térmico para crear las croquetas comerciales. A la simple conservación de los alimentos secos se le añadía la capacidad de satisfacer a un mercado masivo. La conveniencia y la economía y el mercadeo del alimento seco industrial lo convirtieron en la opción favorita del mercado en la actualidad, alcanzando la considerable suma del 99% de los perros de EE.UU. alimentados de forma industrial. Este poderío industrial se afianzó mediante el financiamiento de estudios científicos diseñados para justificar sus prácticas empresariales; Grupos de presión para influir en la legislación; y formación para veterinarios en materia de nutrición bajo el punto de vista industrial.
Tú qué opinas de las croquetas vs la comida, en cuanto a la alimentación de un perro, ¿qué es mejor?
Por supuesto la comida natural pero no estoy 100% de acuerdo con la dieta barf. Tras más de 10000 años comiendo nuestras sobras creo que se han adaptado a los vegetales y la carne cocinadas.