La madre naturaleza, en su infinita sabiduría ha dotado a todos los seres de la creación con las herramientas necesarias para la supervivencia, Es por esto que podemos encontrar diferentes tipos de aparatos digestivos, cada uno desarrollado por evolución natural para adaptarse a los alimentos disponibles en cada entorno, pero cumple la misma función en todos los animales: Convertir lípidos, glúcidos y proteínas complejas en elementos sencillos y fáciles de asimilar por el organismo. En los organismos superiores se inicia en la boca con la masticación; en el esófago se forma el bolo alimenticio; en el estómago los alimentos se mezclan con los jugos gástricos iniciando la digestión química y la digestión de las proteínas; en los intestinos se produce la absorción del resto de nutrientes para terminar en el ano con la eliminación de los elementos desechables. Es un hecho comprobado que en los animales carnívoros el estómago y el hígado alcanzan mayores proporciones que en animales herbívoros. Mientras que muchos animales herbívoros desarrollan adaptaciones especiales para el tipo de alimento vegetal en el que se especializan como los diferentes estómagos de los rumiantes.

En comparación con los lobos, su antepasado salvaje, los perros han evolucionado para digerir mejor los hidratos de carbono y otros vegetales desechados por los hombres gracias a algunas adaptaciones físicas como cambios en la dentadura, mayor longitud de intestino y diferentes enzimas digestivas. Pudiendo incluso, sobrevivir largas temporadas sin consumir carne, alimentándose exclusivamente de vegetales cocinados. Esto se debe a que al compartir el alimento con los humanos, los individuos que mejor se adaptaban a las sobras tenían menos necesidad de alejarse del pueblo y prosperaban. Con el tiempo estas adaptaciones pudieron originar los primeros perros. Algunos de las adaptaciones más significativas de los perros para tolerar más materia vegetal en su dieta son: Menor número de dientes, y muelas planas al final de la mandíbula. Mayor longitud de intestino, hasta 50cm más en perros de tamaño similar a un lobo. Y diferentes enzimas digestivas. Con más del triple de amilasa pancreática.

La boca cumple con varias funciones. Algunas mecánicas necesarias para la deglución facilitar la digestión química en el estómago la digestión, y otras sensoriales para lo que ha generado órganos muy especializados con funciones específicas. Como la lengua, que además del sentido del gusto representa funciones reguladoras de la temperatura corporal y comunicativas. Nuevas investigaciones revelan que el sabor que mejor perciben los perros es el sabor “umami”, relacionado con el sabor intenso de carnes y grasas en la cultura japonesa principalmente. Sin olvidar la función del órgano órgano de Jacobson, conocido también como órgano vomeronasal, sensible a las señales hormonales en la comida y el entorno. Aunque los dientes del perro están optimizados para atrapar y cortar la carne, poseen algunas adaptaciones específicas para masticar y procesar vegetales como muelas bulbosas planas.

La deglución constituye paso de la boca al esófago a través de la faringe, este es el último proceso voluntario de la digestión. A partir aquí el proceso de digestión es automático o involuntario. La función de la faringe es evitar que la comida obstruya las vías respiratorias durante la deglución. Para que las vías respiratorias permanezcan cerradas, se forma en la faringe un pequeño repliegue donde la epiglotis, una placa cartilaginosa, obstruye la glotis. De esta forma se impide que el alimento se introduzca en el sistema respiratorio.
El esófago es un tubo musculoso donde se producen enérgicas contracciones que dan forma al bolo alimenticio y lo llevan hasta el estómago. La capa mucosa del esófago secreta un moco que contribuye a la lubricación del bolo alimenticio. Esta mucosa permite al perro tragar fragmentos de hueso reduciendo el riesgo de trauma.

El estómago cumple con la función de depósito temporal de alimentos y es el principal órgano en la absorción de las proteínas. Está formado por una dilatación del tubo digestivo, donde se almacena el bolo alimenticio el tiempo necesario para que éste alcance un estado de digestión más avanzado. Aquí se inicia la digestión de las proteínas aunque aún no se digieren los lípidos ni los glúcidos. Para ello segrega gran cantidad de potentes ácidos gástricos en una concentración seis veces mayor que los del humano.
El hígado y el páncreas son órganos glandulares muy importantes en la digestión ya que segregan la mayoría de las enzimas necesarias para la absorción de los alimentos. El primero interviene en la digestión, segregando la bilis en la vesícula biliar, entre otras enzimas. Almacena nutrientes como minerales y vitaminas, elimina sustancias tóxicas y sintetiza proteínas y glucosa. Merece la pena mencionar que este órgano tiene la capacidad de regenerarse. El páncreas tiene la función exocrina de segregar diferentes encimas necesarias para la asimilación de las grasas y los azucares como la amilasa, que es mucho más abundante en los perros que en los lobos. Y por otro lado la función endocrina por medio de la insulina y el glucagón que regulan el nivel de azúcar en sangre bajándolo y aumentándolo respectivamente.

Los intestinos, el delgado y el grueso son los órganos responsables de la absorción de nutrientes. Están formados por un largo tubo muscular recubiertos de vellosidades que aumentan la superficie de la pared intestinal hasta 15 veces en las áreas de mayor concentración. En el intestino delgado se absorben principalmente las grasas y los carbohidratos gracias a las enzimas digestivas, mientras que en el grueso se absorben la mayoría de las vitaminas y minerales gracias a la flora intestinal. Lo que significa que los huesos llegarán al intestino grueso casi intactos.
El recto se encarga de almacenar y formar las heces fecales absorbiendo el agua que pudiera quedar de la digestión.

Espero haberte ayudado a comprender mejor cómo funciona el aparato digestivo del perro y sus diferencias con el del ser humano. Si te ha gustado puedes encontrar más información
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En el próximo artículo te enseñaré qué alimentos puedes compartir con tu perro de forma
segura y cómo prepararlos. Y recuerda, cuídalos y ellos cuidarán de ti.